Menos AMLOs, más Kumamotos.

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Fotos: progresohoy.com y vanguardia.com.mx

Las mejores historias se llevaron a cabo bajo las circunstancias más adversas. Justo en el momento en el que la fe en la democracia y las instituciones del Estado mexicano es un socavón entre los ciudadanos de a pie, la noticia del aval de la Suprema Corte a la iniciativa #SinVotoNoHayDinero llega como una brisa de esperanza. En primer lugar, porque nos presenta a la Suprema Corte como un espacio -tal vez el único- independiente a las agendas de los partidos políticos, y donde el juego de pesos y contrapesos que sustentan la democracia liberal es efectivo. La hoy célebre “Ley Kumamoto” establece una forma de distribuir el presupuesto a los partidos políticos no a partir del total del padrón electoral, sino con base en la cantidad de ciudadanos que hayan votado en el proceso electoral en nuestro estado. Expliquémoslo con un poco más de detalle.

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Fuente: wikipolitica.mx

Hasta el día de hoy, el monto del financiamiento de INE a los partidos se determina aplicando la siguiente fórmula: durante el proceso electoral de 2015, había 87 millones de mexicanos en el padrón electoral nacional. Entonces se multiplicaron estos 87 millones por el 65% del salario mínimo vigente en el D.F., es decir: 87 millones x $80.04 x 0.65… Le dejo a usted la tarea de hacer la operación y descubrir el numerote resultante. Ese dinero se distribuye en un 30% por partes iguales a todos los partidos, y en un 70% de acuerdo con la cantidad del porcentaje de votos obtenidos en la elección a la cámara de diputados. En nuestro estado sólo hay que reemplazar el número de ciudadanos en el padrón local y el monto del salario mínimo de la región.

La ley #SinVotoNoHayDinero modifica los factores de la operación, basándose en la participación ciudadana durante los procesos electorales, en lugar del total del padrón. Así, el cálculo para el financiamiento de los partidos se hará a partir del total de los votos válidos al final del proceso electoral inmediato anterior.  Pongámosle números. En marzo de 2014, el padrón electoral de Jalisco era de 5 millones 900 mil ciudadanos, pero llegaron a la lista nominal (aquellos que recogieron a tiempo su credencial del INE y estaban listos para salir a votar) solo 5 millones 75 mil. Sigamos restando. El día de la elección se registraron 2 millones 900 mil votos, de los cuales 2 millones 820 mil fueron votos válidos. Aproximadamente, un 3% de los votos fueron nulos. El financiamiento local para los partidos, entonces, deberá establecerse a partir de los 2.82 millones de votos válidos, y no a partir de los 5.9 millones registrados en el padrón. El ahorro será considerable. Aplique la fórmula y compare. Será una información grata.

La lógica de esta iniciativa es que los partidos políticos son entes de interés público, y como tales, deben ser evaluados conforme al vínculo que logren generar con las necesidades de la ciudadanía. La hipótesis es que si los ciudadanos reconocen sus intereses en las agendas y propuestas de los partidos, se acercarán en mayor número a votar por ellos. Esto añade un contrapeso a un sistema que se comporta como bloque de piedra a la hora de defender sus ingresos, ajenos a la molestia ciudadana. Ahora, empezando por Jalisco, deberán incorporar a sus cálculos el interés de la ciudadanía. Así fue como la ley se aprobó en nuestro congreso. ¿Quieren conservar sus abultados presupuestos? Con esta ley hay que ganarlo en las calles, y no desde la comodidad de sus curules. No resulta curioso que entre los partidos que impugnaron la ley aprobada por el congreso estatal estén el Partido Verde y Nueva Alianza, partidos cascajo que han aprendido a hacer un negocio político muy jugoso administrando inteligentemente sus pequeñas cuotas de votantes. Sí llama la atención, en cambio, la impugnación de Morena, el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.

Y aquí me parece importante establecer los contrastes, con conciencia plena de que las figuras y la relevancia política de López Obrador y Pedro Kumamoto no tienen punto de comparación. No, al menos, en este momento. Pero mientras la labor del joven político jalisciense está orientada a educar, organizar y empoderar a grupos de ciudadanos, y llevar la agenda de los ciudadanos a la arena legislativa, la lógica del líder máximo del morenismo es el asalto al poder ejecutivo, para desde ahí purificar la política a partir de su voluntad única, marcada por su «honestidad valiente». En los meses que lleva convertido en figura pública, Kumamoto ha sido ejemplo de coherencia, transparencia y comunicación constante y efectiva con los ciudadanos del distrito local que representa, en el municipio de Zapopan. A lo largo de sus muchos años en la política, López Obrador ha sido siempre ejemplo de opacidad y de un sospechoso coqueteo con el autoritarismo conservador.

Es difícil determinar el futuro del joven político jalisciense. Su victoria definitiva en la corte es motivo de esperanza para muchos ciudadanos, desencantados de la democracia por la manera como se comportan todos los partidos políticos, incluido Morena, especialmente cuando se trata de defender su financiamiento con dinero de los mexicanos. Para hacer su tarea, Kumamoto ha escuchado la voz de muchos de sus representados, y ha sabido, junto con su equipo, estructurar inteligentemente una agenda para conseguir los votos necesarios en el congreso local para conseguir la aprobación de su propuesta. No es tarea menor, recordando que Kumamoto es el único diputado sin partido en el poder legislativo estatal, y no tiene nada que ofrecer a cambio más que su gran capital ético y político. López Obrador, por su parte, no suele escuchar ni críticas ni sugerencias. Su pensamiento, de corto alcance, se estructura en torno a unas cuantas ideas simples e irrefutables que convierte en artículos de fe, para generar adherentes cuya labor es reconocer el dogma dentro de su prédica. No negocia: impone o divide, identificando a sus críticos con lo que él llama la “mafia del poder”. Mafia con la que, al menos, sostiene relaciones estables, pues nunca ha abandonado el sistema que ha financiado los tres partidos a los que ha pertenecido en su carrera.

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Foto: mientrastantoenmexico.mx

Algunas personas ya empiezan a candidatear a Pedro Kumamoto para los altos cargos del país. Yo espero que se tome las cosas con calma y que, con el apoyo de su distrito electoral, haga primero una fructífera carrera legislativa local, pues en este proceso ha elegido la vía de la formación ciudadana y la organización en torno al bien común. Pienso que esa es la receta que tanto en Jalisco como en el país necesitamos para romper el círculo vicioso, antidemocrático, que administra la partidocracia mexicana. Y luego ya veremos, si  después de un tiempo el diputado Kumamoto ha mantenido el rumbo de comunicación, transparencia y honestidad que ha demostrado hasta hoy. Andrés Manual ha demostrado que no le interesa ni la comunicación, ni la educación, ni la transparencia. Solo cuenta con su imagen de político honesto y austero. Y como, en la política, la honestidad y la transparencia van de la mano, no puedo más que concederle el beneficio de la duda. De AMLO espero que termine lo más pronto posible su carrera política, y se retire a descansar a su rancho pintoresco. Como dice Jaime López, no más héroes, por favor.

La receta para el futuro de la democracia en México requiere una desintoxicación de caciques y líderes mesiánicos, y muchos más de ciudadanos responsables y participativos, actores de la construcción del bien común y de determinar el rumbo del gobierno a quien le concedió el ejercicio del poder. Menos AMLOs y más Kumamotos.

Post Data: Morena no impugnó. Este post fue publicado anoche, hacia las 10:30 p.m. Hoy por la mañana, tanto Morena como Pedro Kumamoto explicaron que no fue AMLO quien impugnó la ley #SinVotoNoHayDinero, y que fue un comunicado de la Suprema Corte la que generó el malentendido. Nobleza obliga. Pero esto hace el contraste más nítido: una evidencia genera una rectificación inmediata del joven Kumamoto. Para López Obrador, las evidencias que demuestran vicios y corrupción en Morena son solo muestra de la conspiración de la «mafia del poder» en su contra. Utilicé esta falsa impugnación como punto de partida para establecer el contraste entre ambos. Corrijo en esta postdata el señalamiento, pero sostengo el contraste. Una raya menos al tigre.

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