La brisa fresca de la tarde, que asalta mi recámara por la ventana… un verso que no era verso, pero que sí fue verso al final… la sonrisa de los niños, vueltos locos cantanto y bailando a mi alrededor una canción que jamás en su vida habían escuchado… la amistad gratuita de tantos jóvenes… las larguísimas conversaciones por el messenger con mis más queridos… el sol de las cuatro de la tarde que invita a caminar… un buen libro con una buena taza de café… mi guitarra a media noche… mis lágrimas de nostalgia, y la nostalgia que me recuerda que mi corazón está vivo de cariños y afectos… una buena copa de vino, por el placer de festejar lo que sea… el vaso de chicha gratuito en la casita de Ceci, en Petare… la madre primeriza que carga a su bebé de semanas como si fuera de cristal camino a casa en el Metrobús… el agua de mi regadera, justo cuando el calor de Maracay se vuelve más pesado… el recuerdo de tantísimas personas que han sido compañeros y compañeras de camino por algún instante… el abrazo cariñoso a un niño que a sus once años tenía muchas ganas de viajar… el aroma de las "hueledenoche" en la casa del Boulevard García de León… las mordidas en el cachete de mi madrina Consuelo… la primera lluvia del año, recibida de rodillas en el patio del Colegio Hidalgo, después de una larga sequía… el gusto enorme sin palabras, y luego las lágrimas de emoción, y luego el baño con agua fría después del último punto que significó el campeonato de voly en Tijuana… unos patines y una mano… una café que nunca nos fuimos a tomar, por quedarnos a platicar toda la tarde… las tantas risas provocadas con mil chistes aprendidos, olvidados, renovados… la gente que festeja a los pies de la catedral de Morelia… las tardes de conversaciones sin fin con mi mamá en la cocina de la casa… un chocolate que me dio mi papá en Camécuaro… abrazar a mis hermanos Claudia, Héctor y Cristina cuando fueron bebés… y por primera vez a Andrea, sintiendo sus corazoncitos latir con la promesa de tanto por compartir… los prados verdes y la vista sobrecogedora desde la cima de las montañas… los tantos amigos, los tantos hermanos… Mi vida ha sido mucha vida. Y ha sido mucha vida por la sencilla razón de que el amor siempre es más fuerte que la muerte. Así, con esas palabras que riman desde la contradicción. La vida está en todos lados. La vida debiera ser tanta para todos. Y… ¿por qué no? ¿Por qué no intentarla para todos? Ojalá un día todos floreciéramos al mismo tiempo en una danza alegre, de tanta vida que no nos cabe en el pecho…
Alegría
(Dragone/Tadros/Amesse/Dupèrè)
Alegría!
Come un lampo di vita… Alegría!
Come un pazzo gridar… Alegría!
Del delittuoso grido
Bella ruggente pena, seren
Come la rabbia di amar… Alegría!
Come un assalto di joia.
Alegría!
I see a spark of life shining, Alegría!
I hear a young minstrel sing, Alegría!
Beautiful roaring scream
of joy and sorrow, so extreme
There is a love in me raging, Alegría!
A joyus, magical feeling.
¡Alegría!
Como la luz de la vida… ¡Alegría!
Como un payaso que grita… ¡Alegría!
Del estupendo grito
De la tristeza loca, serena
Como la rabia de amar… ¡Alegría!
Como un asalto de felicidad.
Punto de Lagrange 